
Nadie puede negar a la actividad artística que sea provocadora. No. Pero lo mínimo que se le puede exigir es que si lo es, lo sea de forma sutil e inteligente. Lo burdo poco mérito tiene, y acaba mostrando la falta de recursos del presunto artista. Y ahí es donde va a parar el escándalo, en que encima se (auto)proclame "artista" al hacedor de semejante imposición.
0 comentarios